Seguramente seas consciente de las amenazas que inundan internet. Cada año miles de personas son víctimas de fraudes online como el Phishing, el robo de contraseñas y otras estafas. Si en tu día a día internet juega un rol importante (y seguramente sea el caso), más vale que tomes las precauciones que te contamos a continuación para proteger tus datos personales y financieros de cualquier amenaza.
Utiliza el sentido común
Si navegar por internet o jugar online es tu pasatiempo favorito, procura no hacerlo en webs sospechosas o clicando enlaces dudosos. Esos sitios y enlaces pueden ser la entrada a virus capaces de robar tus datos personales y contraseñas para saquear tu cuenta bancaria o tu tarjeta de crédito. Usa el sentido común e ignora lo que no te inspire confianza. Y si quieres jugar, por ejemplo, a la ruleta online, hazlo en casinos online fiables y seguros de España.
Descarga un antivirus
Minimiza los anteriores riesgos instalando un antivirus para proteger tus dispositivos conectados a internet. El mercado está lleno de antivirus para protegerte eficazmente de cualquier peligro. Además, se actualizan constantemente para combatir los nuevos virus que aparecen. Si tu presupuesto es limitado, puedes descargar antivirus gratuitos como Avira, Avast o AVG que ofrecen una buena protección. A la hora de elegir uno, escoge un antivirus que consuma pocos recursos del dispositivo.
Cambia tus contraseñas
Según la Oficina de Seguridad del Internauta, el 90% de las contraseñas son vulnerables. Si tu contraseña es del estilo 12345 o abc123, estás en ese 90% y podrías ser presa fácil de serias amenazas como un ataque de diccionario o Malware, capaces de robar tus datos más sensibles y suplantar tu identidad. Las contraseñas más seguras son aquellas que se cambian cada cierto tiempo, están compuestas de números, letras, símbolos y mayúsculas; y tienen una longitud mínima de ocho caracteres.
Vigila tu email
Muchos hackers hacen envíos masivos de correos maliciosos que pueden tener desastrosas consecuencias en nuestro equipo y nuestra seguridad si los abrimos, clicamos sus enlaces o descargamos sus archivos adjuntos. Afortunadamente, la mayoría acaba en la carpeta de spam, pero muchos se cuelan en la bandeja de entrada. Ante la mínima sospecha, desconfía. Si no conoces al remitente, no abras el email y elimínalo. Si lo abres, podrías lamentarlo.