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Durante años, uno podía tener el mejor móvil en cámara, en pantalla o en procesador, pero al final del día, lo que más importaba era si te llegaba con batería hasta la noche. Y lo cierto es que, en la mayoría de los casos, no llegaba.
Aunque parezca increíble, en pleno 2025 todavía hay gente cargando el teléfono dos veces al día, como si la tecnología hubiera decidido ignorar por completo uno de los temas que más preocupan a los usuarios. Sin embargo, ahora sí parece que estamos ante un cambio real, y no precisamente pequeño, porque lo que viene apunta más a revolución que a simple mejora.
Se viene una oleada de móviles con baterías gigantes
Lo que parecía lejano, ya tiene fecha y fabricantes decididos a hacerlo realidad. En 2026, empezaremos a ver móviles con baterías de 8.000, 9.000 y hasta 10.000 mAh, todo sin que el diseño se convierta en una especie de ladrillo con pantalla.
Aunque este año ya han surgido modelos que se atreven con los 7.000 mAh, como el Realme GT 7 o el Redmi 15 5G, lo que se avecina va mucho más allá. Vivo prepara versiones con 8.200 y 9.000 mAh para el próximo año, y Realme podría ser la primera en romper la barrera de los 10.000 mAh manteniendo apenas 8,5 mm de grosor, algo que no hace tanto parecía físicamente imposible.
¿Qué ha cambiado para que ahora sí se pueda?
Aquí es donde entra la parte técnica, pero que merece la pena entender porque explica por qué ahora sí es viable meter tanta capacidad en cuerpos delgados. La clave está en el silicio-carbono, una tecnología que está sustituyendo al grafito que se usaba hasta ahora en las baterías. Mientras que el grafito podía almacenar hasta 372 mAh por gramo, el silicio-carbono llega teóricamente a los 4.200 mAh por gramo, lo que permite aumentar brutalmente la capacidad sin inflar el tamaño.
Y este aumento de autonomía también tiene un impacto inesperado. Servicios que requieren autenticación constante o procesos de verificación, como banca móvil, documentos digitales o incluso plataformas de casino online reguladas, ganan estabilidad, ya que el usuario no depende del cargador para completar operaciones sensibles sin interrupciones.
De cargar cada noche a olvidarte del enchufe
Una batería de 10.000 mAh cambia la experiencia del día a día por completo. Significa pasar dos o incluso tres días sin buscar un cargador, usando la cámara sin miedo, haciendo videollamadas, jugando a la ruleta online, viendo vídeos o ejecutando procesos de inteligencia artificial sin esa ansiedad de vigilar el porcentaje cada pocas horas.
Y además, como estas nuevas baterías permiten reducir el número de cargas, también aumentan la vida útil del dispositivo. Menos ciclos de carga significa menos desgaste y menos necesidad de cambiar de móvil en dos años porque ya no aguanta ni medio día encendido.
Prepárate para olvidarte del cargador
Lo que viene es una respuesta directa a lo que muchos llevamos años pidiendo. La llegada de las baterías de silicio-carbono, junto con el empuje de marcas que no tienen miedo a arriesgar, va a marcar un antes y un después.
Así que si estabas pensando en cambiar de móvil, igual te merece la pena esperar un poco, porque 2026 pinta a ser el año en que dejarás de mirar el porcentaje de batería como si fuera una cuenta atrás.
