
Si utilizas un Mac a diario sabrás que una de sus principales virtudes es su rapidez. No obstante, con el paso del tiempo y el uso intensivo, es habitual que el equipo empiece a responder más lento de lo habitual. Este tipo de problemas pueden aparecer incluso en los últimos modelos si no se siguen ciertas prácticas de mantenimiento. Vamos a descubrirlas.
Como usuario de Mac, siempre he estado muy contento con la fluidez y sencillez de sus programas y aplicaciones, pero, aunque muchos «fans de Mac» lo nieguen, hay veces que tengo la sensación de que no responde como lo hacía cuando lo compré porque mi Mac va lento como si fuese de la competencia.
Si tú has notado que tu equipo tarda más en arrancar, en abrir aplicaciones o en ejecutar tareas básicas (incluso puede que alguna vez se quede «colgado»), hay varias opciones a tu alcance que te permitirán recuperar parte de su agilidad original sin necesidad de acudir a una tienda especializada para solucionarlo.
1 – Comprueba qué procesos consumen más recursos
Una de las primeras acciones que deberías realizar es abrir la herramienta «Monitor de Actividad». Esta utilidad nativa del sistema te permite detectar qué procesos están consumiendo más memoria o procesador. Es frecuente que algunas aplicaciones se mantengan activas en segundo plano sin que lo sepas, ocupando recursos y ralentizando el sistema.
Cerrar esos procesos innecesarios puede tener un efecto inmediato en el rendimiento general, especialmente si usas un software exigente o trabajas con varias ventanas abiertas simultáneamente.
2 – Libera espacio en el disco
Otra causa habitual de lentitud es la falta de almacenamiento libre. El sistema necesita espacio disponible para gestionar archivos temporales y realizar tareas internas. Cuando el disco está demasiado lleno, el equipo puede volverse torpe, sobre todo al mover archivos o ejecutar programas grandes.
Puedes revisar el estado del almacenamiento desde «Acerca de este Mac» > «Almacenamiento», donde verás cuánto ocupa cada tipo de contenido o archivo. Se recomienda mantener siempre al menos un 10-15% del disco libre para que el sistema funcione con fluidez.
3 – Revisa los programas que se abren al inicio
Cuantos más elementos se inician automáticamente al encender el Mac, más lento será el arranque. En muchos casos, el usuario no es consciente de que ciertas aplicaciones se añaden solas al inicio. Para revisar esta lista, accede a «Usuarios y Grupos» y después a «General» y finalmente «Ítems de inicio».
Eliminar lo que no necesitas allí mejorará notablemente tanto el arranque como el rendimiento mientras usas el equipo.
4 – El sistema también necesita limpieza
Los archivos temporales, la caché del sistema, los registros antiguos o los restos de instalaciones son elementos que se van acumulando sin que el usuario lo note. Aunque algunos se eliminan automáticamente, otros permanecen y pueden llegar a ocupar varios gigas de almacenamiento con el paso del tiempo. Una revisión y limpieza periódica ayuda a mantener el sistema más ágil y estable.
5 – Mantén actualizado macOS
Tener instalada la última versión del sistema operativo no solo te aportará nuevas funciones, sino que también mejorará el rendimiento y la seguridad. Apple lanza actualizaciones periódicas que corrigen errores, optimizan procesos y alargan la vida útil del dispositivo.
Antes de actualizar, asegúrate de hacer una copia de seguridad completa con Time Machine o el sistema de tu preferencia. Aunque nunca ocurre nada, más vale prevenir que curar.
Hábitos que marcan la diferencia
Además de estas acciones puntuales, también es importante adoptar rutinas de uso saludables para tu equipo como no acumular demasiados iconos en el escritorio, ya que cada uno consume recursos gráficos; reinicia el equipo con frecuencia para liberar memoria y cerrar procesos innecesarios; cerrar pestañas del navegador que no uses y evita instalar extensiones poco útiles; y por último eliminar aplicaciones que no utilizas ya que muchas se ejecutan en segundo plano sin que lo sepas.
Si mantienes estos hábitos no solo mejorarás el rendimiento en el presente, sino que también prevendrás problemas a largo plazo, alargando así la vida útil de tu Mac y evitando ralentizaciones innecesarias.





